lunes, 29 de junio de 2020

TEMA 9. HÁBITOS SALUDABLES Y AUTOCUIDADO

HABITOS DE VIDA SALUDABLES EN PERSONAS EN HEMODIALISIS | Cruces ...
 HÁBITOS SALUDABLES Y AUTOCUIDADO 

La salud, como se entiende actualmente, es un concepto multidimensional que abarca no solo la ausencia de enfermedad sino también el bienestar físico y mental. Los estilos de vida, las oportunidades y los sentimientos que hacen que las personas estén integradas y que puedan vivir y disfrutar la vida también se consideran salud es por ello que el individuo debe adoptar conductas de acuerdo a sus condiciones de salud que también le permitan llevar a cabo el autocuidado junto con los estilos de vida.

Tradicionalmente, se ha equiparado el autocuidado a las actividades que promueven la salud, entendiendo por ello las actividades individuales emprendidas para mejorar la salud, prevenir la enfermedad, limitar la enfermedad o restaurar la salud después de una enfermedad o lesión. El autocuidado constituye un conjunto de comportamientos al alcance de cualquier individuo, como hacer ejercicio, cuidar la nutrición, cuidar los hábitos de salud o relajarse.

El autocuidado significa cuidados que uno realiza para sí mismo cuando ha alcanzado un estado de madurez que le habilita para una acción consistente, controlada, efectiva y decidida. Para ello es necesario contar con la aceptación de sí mismo y sus valores. En esta definición se incluyen conductas, esfuerzos, deseos para minimizar las amenazas hacia el aprendizaje, mejora personal y crecimiento personal.

 El concepto “estilo de vida” se utilizó por primera vez en 1979, por el escritor y futurista Alvin Toffler, quien predijo la explosión de distintos estilos de vida en una sociedad post-industrial. La manera de comer, hacer ejercicio, descansar, jugar, comportarse con los demás, pensar, planear, conducir un vehículo, dormir, trabajar, entre otros, y en general la forma total de vivir, están todos incluidos en el término “estilo de vida”. Incluye patrones de relaciones sociales, ocio y vestido, y también refleja una actitud típica individual, valores o imagen. Un estilo de vida específico significa la elección consciente o inconsciente de un tipo de comportamiento u otro y puede influenciar sobre los mecanismos biológicos fundamentales que conducen a la enfermedad: cambios en la expresión genética, inflamación, estrés oxidativo y disfunción metabólica.

 Los estilos de vida no saludables son los determinantes poblacionales con mayor influencia en la salud, a medida que aumenta la edad se consolidan estilos no saludables como la dieta no equilibrada, el sedentarismo o el tabaquismo, convirtiéndose así en factores de riesgo cardiovascular como ejemplo. Un porcentaje muy elevado de las consultas médicas en atención primaria y especializada son por enfermedades relacionadas con el estilo de vida (y por lo tanto prevenibles). Asimismo, en la gran mayoría de guías de práctica clínica se recomiendan cambios en el estilo de vida como primera línea de tratamiento. En consecuencia, el estilo de vida no es solamente un tema de salud pública, es también de gran relevancia clínica en el manejo terapéutico actual de la enfermedad, y en especial de las patologías crónicas.

Numerosos estudios avalan la efectividad de las intervenciones sobre el estilo de vida para reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad crónica, así como para ayudar en el manejo terapéutico de una condición de salud ya existente. En base a los datos disponibles, las guías nacionales e internacionales enfatizan la relevancia de las intervenciones sobre el estilo de vida para una buena salud en general, así como para la mayoría de condiciones y enfermedades. El consenso general de estas recomendaciones incluye, sin limitarse a, distintas actuaciones a nivel de la dieta, hábitos tóxicos, ejercicio físico control del peso y bienestar emocional y mental, entre otros.

Las estrategias terapéuticas más coste-efectivas deberán incluir, por lo tanto, una combinación de las terapias farmacológicas con distintas intervenciones preventivas y psicosociales sobre el estilo de vida que pueden facilitarse a nivel comunitario o de Atención Primaria.  De ahí la necesidad de asegurar que los profesionales de la salud, además de poder ser referentes con su ejemplo, reúnan determinadas competencias, presenten una actitud positiva y esperanzadora frente a la intervención sobre el estilo de vida. Motivar de manera efectiva para cambiar el estilo de vida puede ser altamente frustrante y suponer todo un reto, en todo tipo de pacientes. Además de establecer planes de acción en colaboración con el paciente y de programar un seguimiento adecuado, la entrevista motivacional ha demostrado ser una técnica útil en práctica clínica para mejorar los resultados deseados en los cambios prescritos.

Las técnicas conductuales son las más recomendables para influir sobre cambios en los factores de riesgo y pueden incluir todo lo siguiente: valoración del paciente, establecimiento de metas, aumento de concienciación, superación de barreras, gestión efectiva del estrés, reestructuración cognitiva, prevención de recaídas, y proporcionar soporte y tratamiento adecuados. No obstante, los profesionales de la salud manifiestan carecer de los conocimientos y habilidades necesarios para motivar y aconsejar intervenciones sobre el estilo de vida a sus pacientes. Entre las competencias sugeridas para poder prescribir medicina del estilo de vida, se incluyen todas las siguientes: a) Liderazgo para practicar y promover estilos de vida saludables; b) Saber identificar los marcadores del estado de salud del paciente relacionados con el estilo de vida y demostrar conocimiento de los cambios específicos precisos; c) Valorar la motivación y la disponibilidad del paciente y su familia a realizar dichos cambios y establecer planes de acción conjuntos; d) Utilizar las guías de práctica clínica para ayudar a los pacientes a automanejar su comportamiento de salud y estilo de vida; y e) Trabajar con un equipo multidisciplinario para atender al paciente desde todos los frentes necesarios.

G. B. Abellána, J. D. L. Torres, Alimentación saludable y autopercepción de salud, Atención Primaria, Vol 48,2016, pp 535-542, disponible en https://doi.org/10.1016/j.aprim.2015.12.001


lunes, 22 de junio de 2020

TEMA 8. CARTILLA DE LA MUJER EMBARAZADA

TEMA 8. CARTILLA DE LA MUJER EMBARAZADA

La gestación es un proceso fisiológico, que con cierta frecuencia puede sufrir alteraciones por lo que se deben llevar a cabo una serie de cuidados y observaciones, encargados de prevenirlas o diagnosticarlas precozmente. Para este fin y darle seguimiento a dicho evento se cuenta con la cartilla destinada a cubrir los aspectos mas importantes de la mujer embarazada.

Dentro de los aspectos que son de suma importancia con la que cuenta esta cartilla están los datos personales de la mujer embarazada para poderla localizar en caso de que deje de asistir a sus consultas, así como información general sobre peso, talla, grupo sanguíneo información de antecedentes obstétricos que es útil en situaciones de que un nuevo médico le de seguimiento o no se pueda consultar su expediente electrónico, así como derechos de la paciente embarazada del IMSS, registro de consultas, la correcta alimentación de la futura madre, higiene personal, tipos de ejercicio recomendados, planificación familiar, preparación para amamantar, inicio del trabajo de parto, como actuar ante este y lo necesario para acudir al hospital, los cuidados en el puerperio, datos de alarma durante y después del embarazo así como del recién nacido, la importancia de la lactancia materna, sus beneficios, las técnicas de amamantamiento, extracción y forma de guardar la leche materna en caso de que la madre no pueda estar con su hijo, toda esta información valiosa para que la mujer curse un embarazo de lo más saludable e informada, aunque habrá casos en los que la paciente no sepa leer y esta cartilla no cumpla su función por lo que el médico debe dar toda esta información resumida en cada consulta, así sea repetitiva.

La función de informar a la mujer embarazada empieza desde antes, con la consulta preconcepcional que es infrecuente que la paciente acude a esta, por lo que el médico de primer contacto debe saber a que paciente darle dicha información en los casos cuando la paciente acude por otro motivo, la quimio prevención con ácido fólico, estratificación del riesgo preconcepcional, la evaluación previa al embarazo, los síntomas tempranos y la consulta oportuna antes de las 10 semanas de gestación, son claves del seguimiento, además de que si hay antecedentes de enfermedades genéticas o si la paciente lo solicita, dar información sobre pruebas de despistaje de alteraciones cromosómicas o malformaciones fetales, las inmunizaciones correspondientes y las patologías mas frecuentes de la gestación así como su manejo es información que el médico de primer contacto debe manejar pues durante el ejercicio de su profesión siempre tendrá este tipo de pacientes, por ello debe estar actualizado con la información más reciente posible y conocer el embarazo normal para poder distinguir las complicaciones.

 

Bibliografía: X. L. Muiñó, Embarazo, Elsevier 2018, disponible en https://www-clinicalkey-es.pbidi.unam.mx:2443/#!/content/guides_techniques/52-s2.0-mt_fis_125