Son conductas de riesgo
aquellas acciones voluntarias o involuntarias, realizadas por un individuo o
comunidad, que puede llevar a consecuencias nocivas. Son múltiples, y pueden
ser biopsicosociales. El estudio de ellas ha mostrado que son particularmente
intensas en la adolescencia.
Tabaquismo. Gran
parte de los pacientes que acuden a cualquier consulta médica, independientemente
del nivel asistencial donde la consulta tenga lugar, presentan la condición de
fumador. El tabaquismo es una de las principales causas de enfermedad,
discapacidad y muerte, y muchos fumadores desconocen las graves consecuencias
que produce su uso continuo. Afortunadamente, hoy día la concepción del
tabaquismo ha cambiado, considerándose uno de los principales problemas de
salud pública y la primera causa de muerte evitable en los países
desarrollados; sin embargo, estamos aún lejos de conseguir que su abordaje
terapéutico forme parte de las actividades diarias en las consultas de medicina.
En el mejor de los casos se realiza una anamnesis del hábito tabáquico
(generalmente incompleta, ya que no suele figurar la fase en la que se encuentra
el paciente dentro de su proceso particular de abandono del tabaco, ni el grado
de dependencia nicotínica que presenta), y se ofrece un consejo sanitario que
no siempre se acompaña de la entrega de material de apoyo por escrito ni de un
seguimiento del paciente. El abordaje farmacológico queda relegado, en la
mayoría de los casos, a unidades especializadas de tratamiento del tabaquismo,
que debido a su escaso número ofrecen una baja cobertura poblacional, con pocas
posibilidades de modificar sustancialmente el problema de salud pública que
representa el consumo de tabaco. No hay duda de que la intervención mínima es
una actividad que deben realizar los médicos de atención primaria.
Las acciones que impulsa el
IMSS para erradicar el consumo del tabaco inician en las Unidades de Medicina
Familiar, donde se identifica a los derechohabientes que desean dejar de fumar,
y se les plantea iniciar con el manejo de consejería médica. Utilizar el modelo
transteórico de Prochaska y DiClemente para ayudar a los fumadores en el
proceso de abandono de consumo de tabaco y para conocer la motivación del
fumador puede utilizarse el test de Richmond que consta de cuatro sencillas
preguntas, y valora entre 0 y 10 el grado de motivación, aunque debemos señalar
que aún no está validado en la población mexicana.
Alcoholismo. El
consumo excesivo y crónico de alcohol conlleva importantes y diversas
complicaciones médicas y psiquiátricas que constituyen uno de los problemas
sanitarios más importantes, tanto en los países industrializados como
emergentes. Por dicho motivo, el abordaje terapéutico del alcoholismo es
complejo y precisa de una atención especializada y específica que debe ser
integral y multidisciplinar, incluyendo tanto intervenciones personalizadas
como grupales. La detección de las complicaciones relacionadas con el alcohol
se suele realizar en el marco de los equipos de Atención Primaria, sin embargo,
hay que tener mucho cuidado sobre a quién se le debe ofrecer la ayuda ya que
hay muchas personas que niegan tener un problema con esta sustancia.
A pesar del grave problema de
salud pública que representa el alcoholismo y el abuso del alcohol, en nuestro
país son pocos los alcohólicos que solicitan ayuda. Los estudios señalan que
sólo una de cada tres personas que presenta dependencia del alcohol opta por
solicitar ayuda para tratar de solucionar su problema. Otras investigaciones
han documentado la forma en que las familias mexicanas tienden a ocultar el
problema por un tiempo significativamente mayor que en otros países, con un
costo elevado para la salud y el bienestar tanto del enfermo como de su familia.
Se debe aconsejar tener bueno estilos de crianza, desde la niñez debe haber límites,
buena comunicación para que en la adolescencia sea más difícil caer en este
tipo de conductas que puedan prevalecer en la vida adulta.
Sedentarismo. El
sedentarismo es un factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular,
y una de las principales causas de mortalidad. Como consecuencia, las sociedades
científicas recomiendan el consejo sobre actividad física desde atención
primaria. En las últimas tres décadas ha sucedido un cambio importante en el
modo de vida de la población. La creciente urbanización modificó, no solo el
paisaje, pues las escasas zonas verdes fueron desplazadas por fábricas y
viviendas, calles y autopistas se trazaron en su gran mayoría sin
planificación; la ineficiencia del transporte urbano que provoca la preferencia
en la circulación de los vehículos de motor y la desmedida inseguridad en los
vecindarios, son algunos de los factores que determinan el modo de vida
sedentario en la Ciudad de México. Frente a esta situación, el IMSS desarrolla
programas y proyectos de interés social, para otorgar atención integral de
calidad a los derechohabientes que padecen sobrepeso y obesidad, con el
propósito de limitar las consecuencias metabólicas de la enfermedad, mejorar su
calidad de vida y lograr mayor eficiencia en el uso de los recursos.
Estrés. Los
programas para mejorar el afrontamiento del estrés incluyen una serie de
técnicas tales como entrenamiento en relajación, reestructuración cognitiva y
manejo del tiempo, entre otras. Su aplicación ha mostrado su importancia en el
campo de la Psicología de la Salud. Las diferencias individuales en la
aparición del estrés son importantes ya que hay personas que tienen una
reacción negativa al estrés, otras que no presentan ninguna reacción y otras
que convierten la situación en una oportunidad para mejorar o aprender. Este
tipo de reacción depende de la actitud cognitiva y de la forma de procesar la
información que reciben del exterior y de interpretar la realidad que viven.
Algunos factores determinantes de la susceptibilidad individual al estrés son:
una personalidad hostil, la capacidad de afrontamiento, las condiciones
socioeconómicas y el apoyo social, otros son la edad, el sexo y la situación
concreta de enfermedad o de discapacidad crónica. Entre las opciones más
importantes para afrontar el día a día, y consecuentemente el estrés, está el
cuidado de uno mismo. Llevar una correcta alimentación, equilibrada y variada,
es la base de un funcionamiento diario positivo. El control del peso, de la
tensión arterial y de otros parámetros biológicos como los lípidos y el
colesterol depende en gran medida de lo que comemos. Dormir y descansar lo
necesario se convierte en la principal función reparadora. Practicar la
relajación y otras actividades gratificantes, hobbies, deportes y evitar el
sedentarismo se relacionan con una menor incidencia de estrés. Además de
favorecer los hábitos saludables, es conveniente disminuir o eliminar los
hábitos tóxicos, como el consumo de tabaco y de alcohol, el abuso de
estimulantes y otras sustancias psicoactivas.
Trabajar con factores y
conductas de riesgo y actuar sobre ellos previniendo las posibles consecuencias
dañinas para la salud a mayor conocimiento de los eventos negativos, mayor
posibilidad de evitarlos, pero se ha demostrado que no basta tener
conocimientos adecuados para generar cambios.
Bibliografía
P. Muñoz, R. Córdoba, Autonomy
and heteronomy, a necessary alliance to address smoking cessation. Views of
professionals and patients, Gac. Sanit., 2019, vol 33, pp 401-407, disponible
en https://doi.org/10.1016/j.gaceta.2018.04.018
A. Gual y L. Miquel, New perspectives for the treatment of
alcoholism, Med Clin, 2015, vol 144, pp 24-25, disponible en https://doi.org/10.1016/j.medcli.2014.07.020
Buenas tardes Dra. Zamora:
ResponderEliminarEfectivamente tener el conocimiento sobre hábito saludables y evitar estás actividades de riesgo no basta, hay que trabajarlas día a día, y modificarlas de acuerdo a la etapa del ciclo de vida del individuo y de la familia.
Ti actividad es completa, clara y precisa, personalmente soy visual y te agradecería algún material gráfico para enriquecer tu actividad, las referencias están expuestas de manera correcta.
Buen trabajo, linda tarde.
Saludos.