CASO CLÍNICO ENFOCADO A UNA ENFERMEDAD CRÓNICA
Medicina Familiar II
lunes, 12 de octubre de 2020
lunes, 5 de octubre de 2020
TEMA 21. HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE CRISIS FAMILIAR
HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE CRISIS
FAMILIAR
Diagnostico biopsicosocial de salud
familiar
Como médico de primer contacto
debemos conocer causas frecuentes de estrés en la familia y su clasificación,
lo que se conoce como crisis, pues al entenderlas y saber de su existencia
podremos ayudar a los pacientes que requieran de una asesoría y también preparar
si es posible de la mejor manera a aquellos que estén por pasar alguna crisis
normativa como se llama a las que son esperadas, bien dice el artículo,
tendremos familias con roles bien definidos que podrán sobrellevar este cambio mejor
que otras familias y esto dependerá de la flexibilidad de sus integrantes pero también
de aspectos biopsicosociales pues la salud del grupo familiar se conforma de condiciones
socioeconómicas, culturales, ambientales, biológicas, genéticas, psicológicas y
relacionales que ocurren el hogar y que se expresan en el modo particular en
que la familia de experiencias para su salud tomando en cuenta cada etapa de
desarrollo biopsicosocial de sus integrantes y de la vida social, por
lo que es necesario que en las familias se fomente el trabajo en equipo, pues
si llegará a enfermar un integrante como mamá o papá la crisis se vuelve un
problema mayor por ello también se debe tomar en cuenta el ciclo vital familiar,
de igual manera se debe saber la forma de abordarlas, pues habrá personas que
pasen por una crisis importante y no les afecte como a otras que pueda ser una crisis menor y la
forma de actuar sea diferente, así como si por lo que está pasando ya lo ha
vivido o es la primera vez, que apoyo recibe y lo más importante la disposición
a recibir ayuda.
El
trabajo centrado en la familia considera como punto central de la intervención
el fortalecer las capacidades familiares, aportándoles la formación y
colaboración necesarias y apoyándoles en la búsqueda de estrategias para
resolver sus necesidades para aumentar o
crear sus capacidades para fortalecer el poder y control de la familia, son
pocos los médicos que pueden brindar una asesoría y manejo integral de la
familia un inconveniente es el tiempo de consulta y otro es que son temas que tal vez se vean una
o dos veces en la residencia por lo que no es suficiente para desarrollar esta
competencia.
Una
de las situaciones que se debe lograr con las familias es estimular la
resiliencia familiar desde nuestro rol profesional, ya sea: disminuyendo las
demandas y tensiones que sobrepasan a la familia, facilitando su capacidad de
contrapeso; promoviendo y movilizando sus capacidades, fortalezas y recursos disponibles
estimulando la cohesión o conexión relacional entre sus miembros; y elaborando
y modificando sus sistemas de creencias y significados compartidos, la familia
es tanto más saludable en la medida que facilite el crecimiento y el desarrollo
de cada uno de sus integrantes, y contribuya a la satisfacción de las
necesidades materiales y afectivas según las exigencias de cada etapa de la
vida.
Walsh
F. The concept of family resilience: crisis and challenge. Fam Process. 1996
Sep;35(3):261-81. Disponible en doi: 10.1111/j.1545-5300.1996.00261.x. PMID:
9111709.
Shaw,
M C, and P H Halliday. “The family, crisis and chronic illness: an evolutionary
model.” Journal of
advanced nursing vol. 17,5 (1992): 537-43. Disponible en
doi:10.1111/j.1365-2648.1992.tb02829.x
Walsh
F. Applying a Family Resilience Framework in Training, Practice, and Research: Mastering
the Art of the Possible. Fam Process. 2016 Dec;55(4):616-632. Disponile en: doi:
10.1111/famp.12260. PMID: 27921306.
jueves, 24 de septiembre de 2020
TEMA. 20 CUIDADOS PALIATIVOS Y TANATOLÓGICOS
La esperanza de vida va en
aumento gracias a la mejoría en el control de las enfermedades infecciosas, la
creciente urbanización, la industrialización y los cambios en los estilos de vida,
resultando en un perfil sociodemográfico caracterizado por el envejecimiento
progresivo de la sociedad y una alta prevalencia de enfermedades crónicas no
transmisibles, de esta manera, una necesidad urgente de nuestros tiempos es la
de hacer frente a un número creciente de adultos de edades avanzadas, que
padecen y morirán de enfermedades crónicas las que, se asocian a un gran
impacto físico, psicológico, social, económico y espiritual. Pero además de las
enfermedades crónicas también están las enfermedades por cáncer que en muchas
ocasiones también son incurables y sobre todo porque la historia natural de
todos los tipos de cáncer está asociada con un complejo de síntomas que
producen un alto sufrimiento en el paciente y su familia.
Tanto para el paciente que las
padece como para sus seres queridos, el sistema familiar puede funcionar como
un gran motor de fortaleza para el enfermo en situación terminal. Sin embargo,
en múltiples ocasiones éste no responde en forma adecuada ni concordante con lo
que la circunstancia amerita, por lo que el médico de cabecera, muchas veces el
médico familiar tiene que buscar y dar solución a este conflicto para cada caso
particular, considerando las necesidades de cada paciente y su familia para
mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades incurables, como
menciona el articulo el médico familiar ve a los pacientes a lo largo de toda
su vida en un contexto familiar y social
por lo que encaja perfectamente con la filosofía de los cuidados paliativos.
El manejo del dolor y otros
síntomas representa sólo una parte de la ayuda que puede brindarse para mejorar
la calidad de vida del paciente. El enfermo con cáncer terminal presenta alteraciones
en otras facetas que deben ser consideradas en el manejo, tales como movilidad
e independencia, sentido de bienestar psicológico, mantenimiento del estatus
social, independencia financiera, resolución de conflictos espirituales, etcétera.
Por ello como menciona el
video, es importante tomar en cuenta siempre al paciente pues es el que está
pasando por la enfermedad y solo él sabe lo que en verdad siente, por ello la voluntad
anticipada y los cuidados paliativos son una alternativa para estos pacientes,
es nuestro deber informarlos y darles esta opción si así lo desean y
prepararlos para el futuro sobre las complicaciones de lo que el padecimiento conlleva
para que no sea sorpresa y se vayan preparando para cuando ocurra, la adecuada información
es fundamental y así evitar la conspiración del silencio.
No todos los pacientes y
familias van a poder afrontar el hecho de tener una enfermedad incurable o
terminal, por ello existe la tanatología y como médico de primer contacto debemos
conocerla para poder saber a quién ofrecerla y en qué momento, así como distinguir
lo que caracteriza cada una de las 5 etapas que menciona el artículo del
proceso de morir que no tienen un tiempo definido de duración, sin embargo es
de suma importancia llevar al paciente hasta la etapa de aceptación junto con la
familia para que el proceso de duelo sea menos impactante.
La intervención con los enfermos terminales es multidisciplinaria, puesto que son varias las áreas que necesitan apoyo: médico, tanatológico, legal, espiritual, respecto a la tanatología, se enfoca a cualquier pérdida significativa que tenga el ser humano, es por ello que su importancia hoy en día es indiscutible, contemplando que a lo largo de nuestra vida enfrentamos diversos tipos de pérdidas, muertes, separaciones, pérdidas de miembros, pérdida de salud, de ilusiones ante una discapacidad, es por ello que su campo de acción es muy amplio pues entiende, conoce el tema de la muerte y ayuda brindando apoyo durante todo el proceso de muerte, en la elaboración del duelo y así lograr vivirlo de una manera positiva.
sábado, 19 de septiembre de 2020
Tema 19. MANEJO DEL DOLOR
Manejo
del dolor
El
cuidador primario del paciente con enfermedad terminal
Muchas veces nos vamos a topar
con casos en los que se tenga a un paciente con una enfermedad terminal y en
ella se incluya el manejo del dolor, por lo que se debe de realizar un doble
enfoque de la enfermedad (dirigido al paciente y al cuidador principal),
mantener una iniciativa constante ante las situaciones previsibles que se
suceden en el desarrollo de la enfermedad, adquirir un nivel de compromiso (que
debe ser explicado claramente al cuidador) para evitar situaciones de abandono
asistencial, ayudar a los cuidadores y a las familias a sobrellevar dignamente
el cuidado de sus familiares enfermos, y favorecer la elaboración de los duelos
que van emergiendo durante todo este largo, duro y difícil cuidado.
Bien menciona el artículo, se
debe de realizar pruebas al cuidador principal y a la familia desde un inicio y
en transcurso del desarrollo de la enfermedad del paciente, como, grado de
dependencia funcional (índice de Barthel), APGAR para valorar la función
familiar percibida por el cuidador, Duke-UNC para el apoyo social percibido por
la presencia o ausencia relativa de recursos de apoyo psicológico provenientes
de otras personas significativas. En el estudio de los artículos demuestran que las mujeres en la mayoría de
las veces son las cuidadoras principales por lo regular las hijas y respecto a
la salud mental del cuidador primario las áreas más afectadas fueron agobio,
incapacidad de disfrutar las actividades cotidianas e insomnio, por lo que es
importante no olvidar que el cuidador también puede dar manifestaciones del estrés del cuidador como el
estado psicológico de sobrecarga, agobio o malestar originado por la prestación
continua de cuidados al familiar con enfermedad crónica dependiente, y es el
resultado de un conjunto de sentimientos y percepciones negativas con respecto
a su función de cuidar.
El médico de familia cumple
funciones durante todas las etapas de la atención, desde el diagnóstico hasta
el fallecimiento del paciente, por lo que deben identificar a los cuidadores
primarios cuando estén al borde del colapso, logrando así fortalecer, desde el
inicio, adecuados vínculos de confianza en el ejercicio de sus habilidades
profesionales, interpersonales y de comunicación con la familia.
En el cuidado de los
pacientes y familias en el final de la vida es fundamental priorizar los
aspectos clínicos para poder intervenir y controlar los síntomas más
relevantes, ofreciendo bienestar para los pacientes y sus familia El médico de
familia puede detectar tempranamente estos síntomas físicos, así como las
alteraciones del estado de ánimo, tales como la depresión y la ansiedad ,
sentimientos de frustración y enojo derivados de la pérdida progresiva de la
funcionalidad, el miedo a la muerte y el aislamiento social.
Lo que respecta al dolor, cada
vez va en aumento el número de adultos mayores con comorbilidades, y signos y
síntomas desagradables como es el dolor crónico. Este fenómeno representa un
problema significativo para esta población, y erróneamente se suele considerar
algo normal del proceso de envejecimiento, y cuando ocurre a alguien joven de
la familia, repercute de una forma más impactante pues si se trata del jefe de
familia o la mamá pues se deberán hacer cambios importantes en la dinámica familiar,
algo muy importante y que por lo regular no se aborda cuando se trata de dolor crónico
en el esposo, es el coito, existen limitaciones para su realización que no solo
afectan a la relación como pareja sino el autoestima por lo que la pareja deberá
buscar alternativas, cuando se tiene un paciente con dolor crónico hay que evaluar el funcionamiento familiar,
para tal fin existe la herramienta FACES I y FACES II, entre otras, el manejo
del olor no solo requiere medidas farmacológicas y no farmacológicas, sino el
apoyo y comprensión de la familia hacia quien lo padece.
domingo, 13 de septiembre de 2020
TEMA 18. CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO EN LA FAMILIA. AISLAMIENTO SOCIAL
Como
menciona el artículo, hay una gran incógnita difícil de resolver, ¿es mejor
ocultarle la verdad de su diagnóstico y/o pronóstico para evitar el sufrimiento
del paciente, o esto atentaría contra su voluntad y le sumiría en una mentira
amoral?, el decir al paciente que la evolución de su enfermedad no es buena y
que son escasas sus esperanzas de recuperación, requiere mucha sensibilidad y
habilidad para comunicarse, incluso hay una secuencia de pasos de cómo decir
las malas noticias, todos los enfermos tienen
el derecho a saber lo que tienen o les pasa, no todos necesitan ni quieren
saberlo todo, esto se ve influenciado por la cultura, el sistema de valores, la actitud y las
creencias del paciente, la familia y el personal sanitario. La enfermedad en cada
individuo se debe tomar en cuenta el contexto biográfico particular e
individualizado, bien menciona el artículo, se tiene que actuar bajo el
principio de beneficiencia, pues un paciente con intentos suicidas previos que
debuta con un cáncer metástasico, sería un motivo más para intentar el
suicidio.
El
enfermo debe ser autónomo en todo el proceso de su enfermedad hasta el momento
de su muerte, este principio se cumple cuando la familia y el equipo de salud
cumplen los deseos del paciente moribundo. El pacto de silencio tiene
consecuencias en el afrontamiento de la muerte, calidad de vida de los últimos
días y duelo, la comunicación entre pacientes, sus familias y profesionales
sanitarios debería mejorar para prevenir el pacto de silencio y así ayudarles a
afrontar la muerte. Un estudio realizado
por un grupo de psicólogos de oncología provee evidencia de que aunque la verdad
duele, el engaño puede doler
más. Los profesionales de
la salud a
menudo censuran información en un
intento de proteger a los pacientes de malas noticias. Este deseo de proteger a
los pacientes de la realidad
de su situación
por lo general
crea dificultades aún
mayores para los pacientes, sus familiares y amigos. Una
conspiración de silencio por lo general se traduce en un estado de miedo,
ansiedad y confusión. Se niega así la oportunidad para reorganizar y adaptar
sus vidas a la nueva situación.
Las
variables más influyentes para ocultar la verdad son el miedo a las repercusiones emocionales
del paciente y el deseo de protegerlo por parte de la familia. La ocultación de
información clínica no sólo tiene implicaciones éticas, sino que influye en la
práctica asistencial, produciendo este fenómeno consecuencias en el paciente,
en la familia, en los profesionales de salud y en el propio sistema sanitario.
Algunas de estas consecuencias son la barrera de comunicación que se establece
entre el profesional sanitario y el paciente y la dificultad por parte de este
último, para afrontar su propia muerte, despedirse de sus seres queridos,
resolver tareas inacabadas y encontrar un sentido a la vida y al sufrimiento.
Se hace
necesario desarrollar habilidades comunicativas que permitan afrontar y manejar de forma asertiva las circunstancias que orillan a una familia para evitar la conspiración del silencio, es necesario que el médico conozca de
técnicas para romper con esta práctica, pues los seres
queridos del enfermo desean lo mejor para él, no obstante, en ocasiones llegan
al punto de desarrollar una sobreprotección extrema que involucra ocultarle al
paciente que su enfermedad se encuentra en estado terminal, esta actitud lejos
de ayudarle le limita al doliente la libertad de afrontar el proceso de una
muerte digna y de vivir a plenitud los últimos días de su vida.
sábado, 5 de septiembre de 2020
TEMA 17. EL DUELO EN EL INDIVIDUO Y LA FAMILIA
La muerte en un contexto mexicano es sinónimo de
festejo, veneración y burla, pero cuando ocurre en un integrante de la familia,
la forma como se lleve a cabo, anunciada o inesperada dependerá de como el
médico de primer contacto deba manejar el duelo y de la respuesta de la familia
ante la situación, cabe aclarar que el duelo donde más podemos intervenir es la
pérdida de un ser querido, pues en ocasiones sabiendo el diagnostico podemos adelantarnos
al pronóstico, sobre todo si son nuestros pacientes, el duelo con cosas
materiales, mascotas y demás por lo regular no suele tener mucho impacto pero
no por eso debemos dejarlo de lado.
Se debe tomar en cuenta que el duelo será diferente
para todas las personas, desde que dure unos días hasta que se convierta incluso
en patológico y se manifieste con agravamiento de enfermedades crónicas,
adicciones, conductas de riesgo y temor de padecer y pasar por la misma
enfermedad y tener el mismo desenlace como el caso de un diabético descontrolado
que termina con amputación de extremidades, en diálisis o hemodiálisis y
posterior a una complicación muere, o una persona sana sin factores de riesgo
que padeció neumonía grave por Covid 19 lo intubaron y falleció, los familiares que
ven cómo se deterioran y por todo lo que pasan durante la enfermedad crean un
miedo a vivir lo mismo.
La familia en duelo por lo regular va a recurrir al médico
familiar pues es el que ve con frecuencia y conocía la situación del fallecido,
muchas veces es suficiente con hacer una escucha activa y un consejo breve ante
esta situación, la pérdida de un ser querido es vivida de
manera única e individual por cada uno de los dolientes, por lo que se debe
tomar en cuenta los factores psicológicos, recursos personales, circunstancias
específicas de la muerte y apoyos externos, también del rol y las funciones que
tenía el fallecido dentro de su núcleo familiar y del sistema social en el que
se movía, como el caso del articulo donde nos habla de la familia de María que
tras la muerte del esposo la familia se destructura. Adaptarse a un nuevo medio significa cosas
diferentes dependiendo de cómo fuera la relación con el fallecido y de los
distintos roles que desempeñaba. La realización de esta tarea lleva consigo
muchos cambios a los que la persona superviviente debe enfrentarse, cambios en
actividades cotidianas, en horarios, tal vez en el nivel económico, pero, sobre
todo, cambio en los roles que a partir de ahora deberá desempeñar, la
reorganización del sistema familiar dependerá del momento del ciclo vital en el
que se encuentre la familia.
El equipo de salud ha sido
formado para promover la salud, prolongar la vida, controlar riesgos, curar y
rehabilitar enfermos, aliviar el dolor físico; pero no para comprender que en
ocasiones su intervención profesional está dirigida a ayudar al enfermo y a su
familia a enfrentar dignamente la muerte y el duelo y apoyarlos en sus
decisiones, lo cual implica enfrentar no solo problemas profesionales y
técnicos, sino también emocionales y espirituales. Es
necesario que el médico asuma la muerte como un fenómeno natural, universal e
inevitable, puesto que, si no lo hace, no tendrán los elementos suficientes
para ayudar en el proceso de duelo saludable a pacientes y familiares y mucho
menos para ayudarse a sí mismo.
C. Berrios, La
muerte, el duelo y el equipo de salud. Revista de Salud Pública, [S.l.], v. 12,
n. 2, p. 14-23, Apr. 2017. ISSN 1852-9429. Disponible en:
<https://revistas.psi.unc.edu.ar/index.php/RSD/article/view/7197/8281>.
sábado, 29 de agosto de 2020
TEMA 16. MODELOS Y NIVELES DE INTERVENCIÓN FAMILIAR
La familia, como menciona el
articulo es dinámica, sufre siempre cambios todo el tiempo, en la actualidad con
todos los cambios que estamos viviendo a raíz del virus covid-19 esto se ha
intensificado, ya que se debe de reorganizar las tareas en casa pues los que
tengan hijos sobre todo en nivel básico necesitan apoyo de los padres o los hijos mayores para las
clases sin descuidar las demás tareas.
Los cambios y procesos de transformación que sufre la familia son
diversos y de todos tipos, por lo que los médicos deben adquirir conocimiento
teórico para atender a todos los ejes del diagnóstico: físico, psicológico y
social.
La labor con las familias no se
puede evadir, especialmente cuando la acción orientadora, dirigida a infantes,
adolescentes, personas adultas, y mayores se enmarca dentro de la perspectiva
del desarrollo humano integrado. La Orientación
familiar se puede
implementar a diversos
niveles: desde realizar
una gran diversidad y
modalidad de programas dirigidos a
la formación y
al desarrollo de habilidades básicas
para el alcance
de las tareas en
la convivencia familiar
y para el cumplimiento de los roles
conyugal, maternal, paternal
y filial de
hombres y mujeres de diferentes edades; hasta intervenir
directamente a las familias que lo requieran, para lograr
los cambios estructurales se
requiere de la modificación de la familia como un todo,
se enfatiza en las
maneras de organización
y del funcionamiento del sistema familiar.
Desde cualquiera de los niveles de intervención en la familia, será la búsqueda del equilibrio y el desarrollo optimo de los miembros y el grupo familiar. Por lo que puede ir desde un consejo hasta una intervención más compleja. Los diferentes modelos que abarca el artículo el más usado por nosotros es el consejo pues es útil y fácil de darlo a pesar del tiempo limitado que se tiene en cada consulta, el modelo servicio podría ser el envió para las detecciones de acuerdo a grupo de edad, pues ya va enfocado a otorgar un servicio en especifico y sobre todo preventivo o incluso diagnóstico, por programas tenemos los diferentes grupos de apoyo de acuerdo a las necesidades que ayudan a establecer prioridades y atienden la prevención.
El modelo consultante
no hace referencia la consulta que como personal de salud otorgamos sino a
desarrollar habilidades del consultante para que sea capaz de resolver por sí
mismo problemas similares y obtenga así un mejor conocimiento y empoderamiento
sobre su enfermedad. Respecto al modelo tecnológico en la actualidad va en
aumento y su uso es práctico pues con el hecho de tener acceso a un teléfono
inteligente se puede programar horarios de medicamentos, obtener aplicaciones
que ayuden a almacenar información sobre la glucemia y la presión arterial y
también orientadores pues se pueden compartir vídeos explicativos acerca de
cómo usar la insulina, por ejemplo.
La orientación familiar es relevante para todos los integrantes de la familia en todos los estadios evolutivos, debe partir de las necesidades de todos sus integrantes, por lo que el médico de primer contacto debe saber los niveles de intervención y saber hasta que momento él puede intervenir y reconocer cuando la familia necesite una intervención más especializada, un punto en contra es el tiempo de consulta que se tiene en el sector público pues con 15 minutos difícilmente se podrá realizar todo en una consulta por lo que la frecuencia de consultas puede ayudar a poder intervenir de un forma más completa
Por otro lado la atención de un crisis es
de suma importancia su manejo ya que requiere de una acción inmediata como aliviar
el sufrimiento, atender a las necesidades básicas, contribuir al
restablecimiento físico, poner en contacto a la víctima con su red natural de
apoyo social, facilitar la reanudación de la vida cotidiana y detectar a las
personas de riesgo para derivarlas a los especialistas correspondientes si así
lo requieren buscar ayuda terapéutica cuando las reacciones psicológicas
perturbadoras duran más de 4 a 6 semanas, cuando hay una interferencia negativa
grave en el funcionamiento cotidiano (familia, trabajo o escuela) o cuando la
persona se siente desbordada por sus pensamientos, sentimientos o conductas,
incluso preguntar sobre ideas suicidas, en este tipo de personas el tratamiento
debe comenzar de lo más inmediato posible en los casos necesitados de
terapia. Un tratamiento temprano impide la cronificación de los síntomas y
permite a la víctima el restablecimiento de la vida cotidiana.
El médico de primer contacto
tiene un fácil acceso a las personas y familiares que presentan crisis
emocionales relacionadas con la enfermedad aguda, crónica y terminal. En la
mayoría de los casos son el médico o la enfermera quienes informan primero al
paciente sobre la existencia y el amplio rango de complicaciones de la
enfermedad o lesión. Es en este momento cuando se debe ofrecer la primera ayuda
psicológica. Los integrantes del equipo de salud continúan en contacto con el
paciente durante el curso de la enfermedad y por lo tanto están en una posición
que les permite seguir la trayectoria del proceso de crisis y realizar
intervenciones importantes para su resolución.
MARTÍNEZ GONZÁLEZ,
Raquel-Amaya; PÉREZ HERRERO, Mª Henar. Evaluación e intervención educativa en
el campo familiar. REOP - Revista Española de Orientación y Psicopedagogía,
[S.l.], v. 15, n. 1, p. 89-104, feb. 2014. ISSN 1989-7448. Disponible en:
<http://revistas.uned.es/index.php/reop/article/view/11622