sábado, 29 de agosto de 2020

TEMA 16. MODELOS Y NIVELES DE INTERVENCIÓN FAMILIAR

 AUTISMO: ORIENTACION FAMILIAR 1/2 PARTES

La familia, como menciona el articulo es dinámica, sufre siempre cambios todo el tiempo, en la actualidad con todos los cambios que estamos viviendo a raíz del virus covid-19 esto se ha intensificado, ya que se debe de reorganizar las tareas en casa pues los que tengan hijos sobre todo en nivel básico necesitan apoyo de los padres o los hijos mayores para las clases sin descuidar las demás tareas.  Los cambios y procesos de transformación que sufre la familia son diversos y de todos tipos, por lo que los médicos deben adquirir conocimiento teórico para atender a todos los ejes del diagnóstico: físico, psicológico y social.

La labor con las familias no se puede evadir, especialmente cuando la acción orientadora, dirigida a infantes, adolescentes, personas adultas, y mayores se enmarca dentro de la perspectiva del desarrollo humano integrado. La Orientación  familiar  se  puede  implementar  a  diversos  niveles:  desde  realizar  una gran  diversidad  y  modalidad  de  programas dirigidos  a  la  formación  y  al  desarrollo  de habilidades  básicas  para  el  alcance  de  las tareas  en  la  convivencia  familiar  y  para  el cumplimiento  de  los  roles  conyugal,  maternal,  paternal  y  filial  de  hombres  y  mujeres de diferentes edades; hasta intervenir directamente a las familias que lo requieran, para  lograr  los cambios  estructurales  se  requiere  de  la modificación de la familia como un todo, se enfatiza  en  las  maneras  de  organización  y del funcionamiento del sistema familiar.

Desde cualquiera de los niveles de intervención en la familia, será la búsqueda del equilibrio y el desarrollo optimo de los miembros y el grupo familiar. Por lo que puede ir desde un consejo hasta una intervención más compleja. Los diferentes modelos que abarca el artículo el más usado por nosotros es el consejo pues es útil  y fácil de darlo a pesar del tiempo limitado que se tiene en cada consulta, el modelo servicio podría ser el envió para las detecciones de acuerdo a grupo de edad, pues ya va enfocado a otorgar un servicio en especifico y sobre todo preventivo o incluso diagnóstico, por programas tenemos los diferentes grupos de apoyo de acuerdo a las necesidades que ayudan a establecer prioridades y atienden la prevención. 

El modelo consultante no hace referencia la consulta que como personal de salud otorgamos sino a desarrollar habilidades del consultante para que sea capaz de resolver por sí mismo problemas similares y obtenga así un mejor conocimiento y empoderamiento sobre su enfermedad. Respecto al modelo tecnológico en la actualidad va en aumento y su uso es práctico pues con el hecho de tener acceso a un teléfono inteligente se puede programar horarios de medicamentos, obtener aplicaciones que ayuden a almacenar información sobre la glucemia y la presión arterial y también orientadores pues se pueden compartir vídeos explicativos acerca de cómo usar la insulina, por ejemplo.

La orientación familiar es relevante para todos los integrantes de la familia en todos los estadios evolutivos, debe partir de las necesidades de todos sus integrantes, por lo que el médico de primer contacto debe saber los niveles de intervención y saber hasta que momento él puede intervenir y reconocer cuando la familia necesite una intervención más especializada, un punto en contra es el tiempo de consulta que se tiene en el sector público pues con 15 minutos difícilmente se podrá realizar todo en una consulta por lo que la frecuencia de consultas puede ayudar a poder intervenir de un forma más completa

Por otro lado la atención de un crisis es de suma importancia su manejo ya que requiere de una acción inmediata como aliviar el sufrimiento, atender a las necesidades básicas, contribuir al restablecimiento físico, poner en contacto a la víctima con su red natural de apoyo social, facilitar la reanudación de la vida cotidiana y detectar a las personas de riesgo para derivarlas a los especialistas correspondientes si así lo requieren buscar ayuda terapéutica cuando las reacciones psicológicas perturbadoras duran más de 4 a 6 semanas, cuando hay una interferencia negativa grave en el funcionamiento cotidiano (familia, trabajo o escuela) o cuando la persona se siente desbordada por sus pensamientos, sentimientos o conductas, incluso preguntar sobre ideas suicidas, en este tipo de personas el tratamiento debe comenzar de lo más inmediato posible en los casos necesitados de terapia. Un tratamiento temprano impide la cronificación de los síntomas y permite a la víctima el restablecimiento de la vida cotidiana.

El médico de primer contacto tiene un fácil acceso a las personas y familiares que presentan crisis emocionales relacionadas con la enfermedad aguda, crónica y terminal. En la mayoría de los casos son el médico o la enfermera quienes informan primero al paciente sobre la existencia y el amplio rango de complicaciones de la enfermedad o lesión. Es en este momento cuando se debe ofrecer la primera ayuda psicológica. Los integrantes del equipo de salud continúan en contacto con el paciente durante el curso de la enfermedad y por lo tanto están en una posición que les permite seguir la trayectoria del proceso de crisis y realizar intervenciones importantes para su resolución.

 

MARTÍNEZ GONZÁLEZ, Raquel-Amaya; PÉREZ HERRERO, Mª Henar. Evaluación e intervención educativa en el campo familiar. REOP - Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, [S.l.], v. 15, n. 1, p. 89-104, feb. 2014. ISSN 1989-7448. Disponible en: <http://revistas.uned.es/index.php/reop/article/view/11622


domingo, 23 de agosto de 2020

Tema 15. FAMILIAS EN SITUACIONES ESPECIALES

 Diez Derechos - Derechos de los niños

El trabajo centrado en la familia se considera como punto central de la intervención sobre todo en casos especiales como la discapacidad, adultos mayores, familias desplazadas y familias migrantes, para fortalecer las capacidades familiares, aportándoles la formación y colaboración necesarias y apoyándoles en la búsqueda de estrategias para resolver sus necesidades. Se trata, por tanto, de aumentar o crear sus capacidades para fortalecer el poder y control de la familia.

Para poder ayudar a estas familias se debe realizar una evaluación, requiere que indaguemos sobre las competencias, prioridades, necesidades, creencias y valores, rutinas diarias y contextos de interacción del paciente y su familia, así como su tipología, ciclo vital familiar y composición. El resultado de nuestra intervención debe mejorar la calidad de vida a largo plazo, y para ello, las familias deben sentirse apoderadas. Empoderar a la familia significa mucho más que la capacidad de decidir lo que quieren. Deben tener la capacidad de tomar decisiones informadas y en esa búsqueda, es donde nosotros podremos apoyarles.

La llegada de un familiar con discapacidad se vuelve un evento extraordinario, inesperado e incomprensible para la familia, reestructura la vida familiar, altera su dinámica y su cotidianidad. Provoca un impacto en distintos niveles de la familia, tanto en lo relacional y económico como en lo emocional y social, que exige la reorganización y adaptación al contexto. Para que pueda sobrellevar esta situación la familia debe presentar relaciones intrafamiliares positivas, de unión y cercanía entre los miembros de la familia, crear un ambiente familiar cordial y afectuoso, la capacidad de comunicación abierta y clara, libertad para la expresión emocional de sentimientos, tanto de bienestar como de malestar, uso de redes de apoyo social y familiar, donde se otorgue ayuda de tipo económico, instrumental o afectivo a la familia. En cuanto a la persona del cuidador primario, esta debe poseer autoconfianza, seguridad y habilidades sociales que le permiten generar redes de apoyo, tener la capacidad de organización, planeación y resolución de conflictos. A su vez, dicho perfil comprende una espiritualidad positiva, conformada por sentimientos de esperanza y optimismo.

En el caso de adultos mayores, este tipo de pacientes encontramos que son los mas vulnerables sobre todo si la familia es pobre pues no solo el adulto mayor requiere de los cuidados, es toda la familia, como menciona el artículo las familias con mayor riesgo son las que cuentan con un adulto mayor con discapacidad pues aumenta la morbilidad de la familia, el no contar con un seguro médico hace que aumente el riesgo así como no contar con los recursos socioeconómicos, por ello la importancia de contar con políticas que ayuden a este sector de la población, ejemplo de ello son los apoyos económicos para los mayores de 60 años.

La condición de las familias desplazadas, en particular la mujer se deteriora por el contexto sociopolítico y la dificultad para insertarse laboralmente y generar ingresos muchos desplazados residen en condiciones de hacinamiento, en viviendas expuestas a problemas medioambientales y en situaciones de importantes déficit en los servicios públicos, dentro de los problemas de salud mas frecuentes que presentan son la edad materna a temprana edad, enfermedades infecto contagiosas, enfermedades de transmisión sexual y acceso limitado a los servicio de salud por lo que son una población en riesgo, la pobreza es la principal limitación para acceder a los servicios de salud, dada la imposibilidad de efectuar el pago de consultas, comprar medicamentos, o asumir el coste del transporte hacia los centros de atención por lo que en este tipo de familias cuando se tenga la interacción con ellas se deben dar alternativas para su atención, como ejemplo está el INSABI que brinda servicios de salud gratuitos y de calidad a todas las personas que se encuentren en el país y no cuenten con seguridad social.

Guillén Guillén, Elena, Gordillo Montaño, Mª José, Ruíz Fernández, Mª Isabel, Gordillo Gordillo, Mª Dolores, INTERVENCIÓN FAMILIAR EN SITUACIÓN DE RIESGO SOCIAL. Revista internacional de psicología del desarrollo y la educación [Internet]. 2014; 1 (1): 285-294. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349851780030

lunes, 17 de agosto de 2020

Tema 14. JERARQUIZACION DE PROBLEMAS Y REDES DE APOYO

 Guía de orientación familiar - CEIP Hans Christian Andersen

TEMA 14. JERARQUIZACIÓN DE PROBLEMAS Y REDES DE APOYO

Las enfermedades no transmisibles provocan en la persona una dependencia total o parcial que, en ambos casos, necesitará de un cuidador que le proporcione ayuda para realizar las actividades de la vida diaria o que favorezca su autocuidado a través del apoyo en el proceso de enfermedad, es común que en la familia, el cuidador principal sea una mujer que a través de los años ha pasado a ser un puesto casi exclusivo para ellas  y se le ha responsabilizado por la salud tanto física como mental de la familia en el proceso de salud y enfermedad, pero a pesar de esto debemos conocer la procedencia del paciente para tener un panorama de las personas con las que cuenta en casa para su poyo e incluso fuera de casa, por ellos es importante la elaboración del genograma pues nos facilitará información importante de los integrantes de la familia, en aquellas personas que viven solas o no cuentan con un apoyo dentro de casa y de la familia pero sí fuera de estas existe el ecomapa con el cual es posible identificar las redes de apoyo extrafamiliares y poder nosotros como personal de salud sugerir opciones de apoyo al cuidador principal y así poder evitar la sobrecarga del cuidador.

Es de suma importancia para el médico de primer contacto poder identificar las redes de apoyo en el enfermo de tal forma que el cuidador no se sienta incomodo proporcionándonos información sobre su familia por lo que se debe hacer uso de herramientas para ampliar el conocimiento de la familia del paciente y sus redes de apoyo explicando al cuidador la utilidad de ello, así como también el tipo de apoyo de la información pues actualmente la mayoría cuenta con teléfono celular con internet que haciendo un correcto uso se puede aprovechar la información disponible así como la herramientas propias del aparato como alarmas, calendarios, bitácoras etc. Y con la actual pandemia se ha agilizado el uso de pedidos en línea lo que ahorra el tiempo de salir de casa  y evitar dejar solo al paciente.

La funcionalidad familiar es la capacidad del sistema para enfrentar y superar cada una de las etapas del ciclo vital y los eventos críticos que se puedan presentar, esta depende del manejo adecuado de la red de apoyo social y familiar disponible, que pueden propiciar un impacto menor de enfermedad pues los cuidados del enfermo no solo son necesarios en el hospital sino muchas veces fuera de este y por un tiempo prolongado para su recuperación o para evitar que surjan complicaciones a corto plazo, por lo que a los médicos familiares nos interesa la evaluación de la funcionalidad familiar en la medida en que nos permite comprender cómo los daños a la salud (entendidos como factores de estrés individual y familiar) son manejados por las familias. La disfunción se presenta cuando la familia no es capaz de manejar adecuadamente el estrés y favorece un grado todavía mayor del síntoma.

 Desarrollar la tarea de cuidado supone a las personas cuidadoras familiares diversas consecuencias, a menudo de carácter negativo, tales como conflictos en la toma de decisiones entre la familia, la afectación tanto física como psicológica de la persona cuidadora y del resto de los familiares, la restricción de tiempo y espacio que supone el cuidado de un mayor dependiente, la renuncia al puesto de trabajo remunerado por parte de la persona cuidadora, dificultades económicas, y la sobrecarga que todas estas tareas ocasionan. No obstante, las personas cuidadoras también manifiestan consecuencias positivas como la satisfacción, la gratitud o aprender a valorar las cosas.

La tarea de cuidado también provoca necesidades en la persona cuidadora. Destacan necesidades de ayuda, ya sea por parte de otros familiares o por parte de servicios formales, de descanso y de tiempo, de apoyo emocional, de instrucción en el cuidado, de relaciones personales y de reconocimiento y agradecimiento por su labor de cuidado.

Bibliografía: Navarro García A., Redes de apoyo en el anciano por medio del genograma y el ecomapa, 2010.

Moral Fernández L., Primeros momentos del cuidado: el proceso de convertirse en cuidador de un familiar mayor dependiente, 2017. 


lunes, 10 de agosto de 2020

TEMA 13. LA ENFERMEDAD A TRAVÉS DE LAS ETAPAS DEL DESARROLLO INDIVIDUAL Y FAMILIAR. LA REACCIÓN DE LA FAMILIA ANTE LA ENFERMEDAD AGUDA, CRÓNICA Y TERMINAL.


Aprueban ley del 'bien morir' en el Senado -

LA ENFERMEDAD A TRAVÉS DE LAS ETAPAS DEL DESARROLLO INDIVIDUAL Y FAMILIAR.

La enfermedad es una situación de la que nadie está exento y el impacto en la familia va a depender de que tipo es, si es aguda, crónica y terminal, así como del integrante de la familia que se trate y el ciclo vital familiar por lo que se considera una crisis pues puede ser un evento traumático, que conduce a un estado de alteración y que requiere una respuesta adaptativa de la misma. Los familiares tienen un papel clave en el cuidado a las personas, son los primeros en proporcionar asistencia, están presentes dando apoyo físico, emocional y desempeñan un papel decisivo en la implementación del plan terapéutico de su familiar, especialmente si este no tiene la autonomía para hacerlo.

El médico de familia, aunque se ve abrumado en la consulta por un trabajo excesivo y por contar con un espacio de tiempo reducido, se da cuenta de que en muchas ocasiones recibe noticias o tiene demandas ante las que se muestra incapaz de responder a pesar de los conocimientos que posee, estos casos requieren un nuevo abordaje, que tenga en cuenta, al mismo tiempo, al paciente y a su familia, utilizando conceptos e instrumentos de la atención familiar. De esta forma se encontrará en disposición de detectar, diagnosticar e intervenir sobre los problemas psicosociales; evaluar los cambios conductuales y emocionales relacionados con el ciclo vital familiar, planteando en caso necesario asesoramiento familiar anticipatorio para evitar las crisis de desarrollo; averiguar las interacciones entre paciente y familia en el curso de las enfermedades crónicas; establecer nuevas estrategias de atención familiar y domiciliaria en personas mayores inmovilizadas y dependientes; identificar las situaciones conflictivas en las familias con un paciente terminal, y poner en marcha rituales de despedida en casos de duelo patológico.

La calidad de vida relacionada con la salud es una interpretación subjetiva del paciente; de su satisfacción vital, de la repercusión de la enfermedad en su vida cotidiana, en su desempeño laboral y productivo en su rol social y en general en su vida entendida como el conjunto de las dimensiones psicológica, social y física, respectivamente.

La reacción que tenga el paciente con la enfermedad puede ser muy variada y tenemos que percatarnos de ella pues de eso dependerá el actuar del enfermo y que tanto podemos ayudar en ese aspecto, se puede tener aquellos pacientes que su primera impresión es el miedo a lo desconocido o por experiencias malas de vecinos, amigos, familiares, etc., la negación principalmente en las enfermedades crónicas o con la enfermedad por COVID 19 los sospechosos se rehúsan en la mayoría de las veces a acudir al hospital por temor a que les den el diagnostico, ansiedad o angustia anticipada, tristeza, desesperanza, ira, hostilidad, pensamientos supersticiosos, volvemos al ejemplo de COVID 19, aún hay personas que no creen en la existencia de la enfermedad o en la gravedad de la misma.

La sospecha de un problema genético, el control de una enfermedad crónica o terminal, el abordaje de los problemas de salud provocados por una crisis familiar, etc., no podrán manejarse satisfactoriamente sin una evaluación y la necesidad de conocer la familia del paciente para poder realizar las intervenciones posibles. 

LA REACCIÓN DE LA FAMILIA ANTE LA ENFERMEDAD AGUDA, CRÓNICA Y TERMINAL

La circunstancia de tener que asistir a un enfermo crónico afecta profundamente a la familia, pero también la manera con que esta logra adaptarse a la nueva situación repercute en el curso de la enfermedad. No debemos olvidar que la atención y el cuidado a los pacientes crónicos recae sobre la familia, son sus miembros los que deben ocuparse de la mayor parte de los cuidados materiales de la enfermedad, desde la preparación de las dietas alimentarias hasta la administración de medicamentos. Para poder ubicar a la enfermedad crónica dentro del contexto donde se origina, es crucial entender el papel de esos tres elementos: la enfermedad, el individuo y la familia es preciso contar con un lenguaje común y con una clara definición de conceptos que puedan ser aplicados por todos. Los médicos se deben formar de manera adecuada para conocer, diagnosticar, atender y cuidar los aspectos biomédicos de las enfermedades crónicas, pero no suelen estar preparados para hacer frente a los aspectos psicosociales de estas dolencias.

En las enfermedades de comienzo agudo, los cambios afectivos e instrumentales se tienen que producir en un breve espacio de tiempo, y esto requerirá que la familia movilice, con más rapidez, sus habilidades en el manejo de las crisis de acuerdo al impacto de la enfermedad, por ejemplo un paciente con síntomas de apendicitis que no quiere ir al hospital IMSS por miedo a contagiarse de Coronavirus, no tiene ahorros y su familia tampoco pero se esfuerzan para conseguir dinero y llevarlo al médico privado sabiendo que tendrán una gran deuda, además su esposa da lactancia materna a su hijo de 1 año, la familia debe ver opciones para saber quien va a cuidar al enfermo en el hospital y de donde conseguirán el dinero, todo esto debe ser rápido pues el paciente no puede esperar.

 La enfermedad crónica de curso progresivo se caracteriza porque es continua, presenta manifestaciones clínicas en toda la evolución del proceso y tiene un carácter creciente en cuanto a gravedad. En estos casos, el problema central a que se ve sometida la familia es que tiene que enfrentarse al hecho de atender y cuidar a un enfermo que se encuentra permanentemente sintomático, en el que, bien la discapacidad aumente a grandes pasos o bien de forma progresiva, se constata que los períodos libres de síntomas son cada vez menos frecuentes y de más corta duración. Esta situación obliga a la familia a una continua adaptación y a sucesivos cambios de papeles y el cuidador primario debe estar preparado para saber actuar ante las complicaciones más frecuentes, poder identificarlas, a veces tratarlas y saber en que momento acudir al hospital, pero no todo depende del cuidador, también influye la personalidad del paciente, su disposición a seguir las recomendaciones y tratar adecuadamente a su cuidador. 

 Un número importante de personas mayores presentan enfermedades crónicas, que tienen peculiaridades clínicas y psicosociales que son casi exclusivas de este grupo etario. Una de estas características es la presencia de múltiples patologías. Otro aspecto importante que hay que tener en cuenta es la dependencia, es decir, la dificultad o imposibilidad de realizar alguna o todas las actividades básicas de la vida diaria, en estas situaciones el enfermo tendrá un cuidador primario y como médicos de primer contacto debemos ser capaces de reconocer cuando este ya este fatigado para evitar su colapso, debemos evaluar la dinámica familiar y junto con la familia encontrar soluciones para que el enfermo siga teniendo la atención necesaria en casa.

La situación de una familia cuando uno de sus miembros padece una enfermedad terminal se caracteriza por una variedad de sensaciones y cambios emocionales que interactúan entre sus miembros. El temor, la desconfianza, la incertidumbre, la irritabilidad, la tristeza o la desesperanza son estados de ánimo que minan día a día a la familia, originando alteraciones en la organización y función familiar. Dentro de esta situación de enfermedad debemos ser capaces de reconocer en que contexto se esta desarrollando pues de eso depende como abordaremos ala familia, podemos tener a la familia con el enfermo que aceptan la enfermedad y están preparados para la partida, incluso el enfermo ha realiza testamento, otra situación sería aquel paciente que aun espera un milagro, sabe que se va a morir, pero tiene esperanza de que algo cambie sin embargo se prepara para esto, el ultimo escenario es el paciente al cual le esconden la verdad de su padecimiento, una familia donde no se habla de la enfermedad como si nada de eso pasara al contrario se hace lo posible por ocultarla, es en estos casos en los que nuestra intervención puede hacer cambiar el curso de la situación o no pues siempre existen los familiares renuentes, no debemos de olvidar que tratamos pacientes y no enfermedades, pues cada individuo responderá a la enfermedad de acuerdo a su entorno y herramientas que posea.