La familia, como menciona el
articulo es dinámica, sufre siempre cambios todo el tiempo, en la actualidad con
todos los cambios que estamos viviendo a raíz del virus covid-19 esto se ha
intensificado, ya que se debe de reorganizar las tareas en casa pues los que
tengan hijos sobre todo en nivel básico necesitan apoyo de los padres o los hijos mayores para las
clases sin descuidar las demás tareas.
Los cambios y procesos de transformación que sufre la familia son
diversos y de todos tipos, por lo que los médicos deben adquirir conocimiento
teórico para atender a todos los ejes del diagnóstico: físico, psicológico y
social.
La labor con las familias no se
puede evadir, especialmente cuando la acción orientadora, dirigida a infantes,
adolescentes, personas adultas, y mayores se enmarca dentro de la perspectiva
del desarrollo humano integrado. La Orientación
familiar se puede
implementar a diversos
niveles: desde realizar
una gran diversidad y
modalidad de programas dirigidos a
la formación y
al desarrollo de habilidades básicas
para el alcance
de las tareas en
la convivencia familiar
y para el cumplimiento de los roles
conyugal, maternal, paternal
y filial de
hombres y mujeres de diferentes edades; hasta intervenir
directamente a las familias que lo requieran, para lograr
los cambios estructurales se
requiere de la modificación de la familia como un todo,
se enfatiza en las
maneras de organización
y del funcionamiento del sistema familiar.
Desde cualquiera de los niveles de intervención en la familia, será la búsqueda del equilibrio y el desarrollo optimo de los miembros y el grupo familiar. Por lo que puede ir desde un consejo hasta una intervención más compleja. Los diferentes modelos que abarca el artículo el más usado por nosotros es el consejo pues es útil y fácil de darlo a pesar del tiempo limitado que se tiene en cada consulta, el modelo servicio podría ser el envió para las detecciones de acuerdo a grupo de edad, pues ya va enfocado a otorgar un servicio en especifico y sobre todo preventivo o incluso diagnóstico, por programas tenemos los diferentes grupos de apoyo de acuerdo a las necesidades que ayudan a establecer prioridades y atienden la prevención.
El modelo consultante
no hace referencia la consulta que como personal de salud otorgamos sino a
desarrollar habilidades del consultante para que sea capaz de resolver por sí
mismo problemas similares y obtenga así un mejor conocimiento y empoderamiento
sobre su enfermedad. Respecto al modelo tecnológico en la actualidad va en
aumento y su uso es práctico pues con el hecho de tener acceso a un teléfono
inteligente se puede programar horarios de medicamentos, obtener aplicaciones
que ayuden a almacenar información sobre la glucemia y la presión arterial y
también orientadores pues se pueden compartir vídeos explicativos acerca de
cómo usar la insulina, por ejemplo.
La orientación familiar es relevante para todos los integrantes de la familia en todos los estadios evolutivos, debe partir de las necesidades de todos sus integrantes, por lo que el médico de primer contacto debe saber los niveles de intervención y saber hasta que momento él puede intervenir y reconocer cuando la familia necesite una intervención más especializada, un punto en contra es el tiempo de consulta que se tiene en el sector público pues con 15 minutos difícilmente se podrá realizar todo en una consulta por lo que la frecuencia de consultas puede ayudar a poder intervenir de un forma más completa
Por otro lado la atención de un crisis es
de suma importancia su manejo ya que requiere de una acción inmediata como aliviar
el sufrimiento, atender a las necesidades básicas, contribuir al
restablecimiento físico, poner en contacto a la víctima con su red natural de
apoyo social, facilitar la reanudación de la vida cotidiana y detectar a las
personas de riesgo para derivarlas a los especialistas correspondientes si así
lo requieren buscar ayuda terapéutica cuando las reacciones psicológicas
perturbadoras duran más de 4 a 6 semanas, cuando hay una interferencia negativa
grave en el funcionamiento cotidiano (familia, trabajo o escuela) o cuando la
persona se siente desbordada por sus pensamientos, sentimientos o conductas,
incluso preguntar sobre ideas suicidas, en este tipo de personas el tratamiento
debe comenzar de lo más inmediato posible en los casos necesitados de
terapia. Un tratamiento temprano impide la cronificación de los síntomas y
permite a la víctima el restablecimiento de la vida cotidiana.
El médico de primer contacto
tiene un fácil acceso a las personas y familiares que presentan crisis
emocionales relacionadas con la enfermedad aguda, crónica y terminal. En la
mayoría de los casos son el médico o la enfermera quienes informan primero al
paciente sobre la existencia y el amplio rango de complicaciones de la
enfermedad o lesión. Es en este momento cuando se debe ofrecer la primera ayuda
psicológica. Los integrantes del equipo de salud continúan en contacto con el
paciente durante el curso de la enfermedad y por lo tanto están en una posición
que les permite seguir la trayectoria del proceso de crisis y realizar
intervenciones importantes para su resolución.
MARTÍNEZ GONZÁLEZ,
Raquel-Amaya; PÉREZ HERRERO, Mª Henar. Evaluación e intervención educativa en
el campo familiar. REOP - Revista Española de Orientación y Psicopedagogía,
[S.l.], v. 15, n. 1, p. 89-104, feb. 2014. ISSN 1989-7448. Disponible en:
<http://revistas.uned.es/index.php/reop/article/view/11622